ACTUALIDAD ECONÓMICA
Londres

El cierre de Heathrow pone de manifiesto la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas

No hace falta, así pues, un sofisticado ataque informático para desencadenar la mayor crisis en Heathrow desde que los terroristas del IRA lo bombardearon con morteros hace 31 años

Imagen del aeropuerto después del incendio.
Imagen del aeropuerto después del incendio.TOLGA AKMENEFE
Actualizado

Después de veinte horas cerrado, el mayor aeropuerto de Europa y el quinto del mundo por número de pasajeros - el de Heathrow, en Londres - empezó a permitir la salida de vuelos, pero con cuentagotas, ayer por la tarde. Empezaron los vuelos de larga distancia, aunque los responsables de la instalación esperan que hoy el tráfico aéreo recupere la normalidad, aunque las consecuencias del cierre durarán hasta bien entrada la semana que viene. En total, más de 1.300 rutas con cerca de 300.000 pasajeros tuvieron que ser desviadas o canceladas. El caos aeroportuario ha afectado a todo el mundo, con decenas de aviones desviados a otras capitales, como Madrid, París, o Dublín, y miles de pasajeros atascados en mitad de ningún sitio.

El incendio de la subestación eléctrica de la localidad de Hayes, que había desencadenado el cierre, obligado a la evacuación de varias viviendas y dejado sin suministro temporalmente a unas 100.000 personas, estaba extinguido. Y la especulación sobre las causas del siniestro se había disparado. En todo caso, el incidente ha puesto de manifiesto la extrema vulnerabilidad de las infraestructuras críticas en los países industrializados. Heathrow tiene duplicados todos sus sistemas clave de abastecimiento, lo que incluye, obviamente, el suministro eléctrico, pero no de manera automática.

En la práctica, eso significa que es fácil cerrar totalmente durante prácticamente un día un aeródromo por el que solo el año pasado pasaron casi 84 millones de personas. Basta una explosión en una subestación que impacte las 25 toneladas de material altamente inflamable destinado a enfriar la instalación para que se desencadene un incendio que los bomberos de la ciudad más grande de Europa Occidental, Londres, con 9 millones de habitantes (15 si se cuenta el área urbana) no pueden extinguir. No hace falta, así pues, un sofisticado ataque informático ni ninguna acción estilo James Bond para desencadenar la mayor crisis en Heathrow desde que los terroristas del IRA lo bombardearon con morteros hace 31 años.

Las autoridades británicas han declarado que no tienen indicios de "ningún acto delictivo" detrás del siniestro. Pero también han abierto una investigación para determinar si fue un ataque terrorista. Aunque Londres insiste en que se trata de un procedimiento rutinario, la rumorología se había disparado, en especial en el clima prebélico que vive Europa por las acciones de 'guerra híbrida' (un término sofisticado para referirse al sabotaje de toda la vida) lanzado por Rusia contra los países que apoyan a Ucrania, que ha incluido incendios de, por ejemplo, centros comerciales de IKEA en los países bálticos, o el daño sistemático a los cables submarinos de telecomunicaciones y transmisión eléctrica, una actividad que China también realiza de manera habitual. La prensa más nacionalista del Reino Unido, encabezada por el diario 'Daily Telegraph', ya se lanzaba ayer a preguntarse "si esto ha sido un ataque ruso ¿es un acto de guerra?"

El Gobierno del laborista Keir Starmer está jugando un papel central tanto en la entrega de armas a Ucrania como en la creación de la 'coalición de voluntarios' para enviar unos 20.000 soldados a ese país para garantizar que Rusia no lo vuelva invadir en el caso de que se alcance algún tipo de cese de las hostilidades entre Kiev y Moscú. El jueves, precisamente, hubo una reunión de altos mandos militares de los aproximadamente 30 países que forman esa coalición (entre ellos España) en el Cuartel General de Northwood, a unos treinta kilómetros de Heathrow, para discutir los aspectos técnicos del despliegue.