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Caja negra

Trump no puede dar más pistas de cómo hacerte multimillonario

Los demócratas piden una investigación, pero lo que habría que investigar es por qué no invertimos los demás

Patos de goma de Donald Trump.
Patos de goma de Donald Trump.SERGEI GAPONAFP
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LUNES

IRENE MONTERO

Acabo de darme cuenta de que este país tiene un problema. Bueno, seguramente tiene muchos problemas pero entre los más evidentes está la falta de memoria, algo que quizá ya dije en alguna otra columna pero ya no me acuerdo.

La presentación de Irene Montero como candidata de Podemos a la presidencia del Gobierno demuestra la devoción que hay en este país por las segundas y terceras partes. Nada como desaparecer durante un tiempo para renacer como un producto fresco y novedoso. Véase José Luis Rodríguez Zapatero.

El regreso de Irene Montero obligará a la vicepresidenta Yolanda Díaz a recordarnos su pasado, mientras Irene Montero dedicará todo su tiempo a recordarnos el presente de Yolanda Díaz.

MARTES

3-0

Lo del Madrid es como lo de las Bolsas. Te hacen creer que todo va fatal, que es un desastre, y que el pequeño inversor antimadridista decida ponerse a ver el partido de vuelta con toda la ilusión del mundo. Pero esta vez no pienso caer. Paso de tragarme un 5-0. O un 3-0 en el último minuto y a la prórroga. O tener que pensar que porque vayan 2-0 en el minuto 35, a partir de ese momento se van a desmoronar, y no les va a llegar. De hecho, aunque no fueran capaces de remontar, yo al Madrid no lo doy por eliminado de la Champions hasta que empiecen las semifinales, y ellos no salten al campo.

VIERNES

DUCHA

Por un momento creí que el mundo no estaba para batallas domésticas. Que cuando las cosas se ponen mal de verdad, los dos grandes partidos se ponen de acuerdo, lo que también serviría de termómetro a la sociedad para saber qué temas son realmente importantes.

La invitación de Podemos a Sumar para que se integre en el Partido Socialista empuja a Yolanda Díaz a disimular un nuevo perfil, votando que no parezca que está a punto de hacerlo. El mundo está en guerra y la mitad del Gobierno parece no estar dispuesto a lucharla, mientras a la otra mitad le da vergüenza defenderse con la oposición. De ahí que, como decía el socialista Emiliano García-Page, en España, el que manda, y casi que da igual el tema del que hablemos, es Puigdemont.

Vox se ha ofrecido a negociar con Donald Trump, pero sólo si Sánchez dimite. Nada como chantajear a un gobierno chantajeado para demostrar que no moverían un dedo por los empresarios de este país, ni aunque fuera de mentira.

Durante estos días he escuchado a mucho experto comparando la caída de las bolsas mundiales con el crack del 29 o el Covid, omitiendo que estamos ante un evento provocado de forma voluntaria.

En primero de especulación, uno aprende que debería vender antes de la caída y comprar antes de la subida. Eso si tienes dinero, claro, que suele coincidir con los donantes de Trump. Reconozco que es muy tentador tener la capacidad de abrir a boca y provocar un caos bursátil para, poco después, volver a abrirla y que vuelvan a subir los mercados. Al menos publicó en Twitter cuándo era un buen momento para comprar, que si luego uno luego no es millonario no será porque Trump no haga todo lo posible. Y luego apareció en la Casa Blanca con unos tipos a los que le había salido bien la jugada, y repasaban las ganancias. Los demócratas piden una investigación pero lo que habría que investigar es por qué no invertimos los demás.

Mientras tanto, Pedro Sánchez se va a China. Y yo no haría mucho caso a las críticas de la oposición, ni, especialmente, a las críticas de la administración Trump. Son momentos en los que China necesita un amigo y el manual de resistencia de Pedro Sánchez demuestra que el presidente suele encontrarse siempre en el lugar indicado. No olvidemos que esto acabará con Trump y Xi Jinping dándose un abrazo.

Los aranceles de Trump nos han dado para estar entretenidos unos días, y mal haría Europa si no termina el trabajo de buscarse alternativas, ya sea en China o en la misma Europa, llevándose por delante todas las trabas burocráticas que están impidiendo un verdadero mercado libre europeo.

Lo malo de todo esto es que el presidente de los EEUU va a tener que encontrar otra cosa con la que entretenernos, que sin duda conoceremos antes de que empiece la Semana Santa. Lo de 'America First' pensaba que era la base del programa electoral para sus ciudadanos, pero resulta que es el programa electoral de todo el mundo.

De momento, parece que Trump está dispuesto a centrarse unos días en su peinado, que al parecer necesita más presión de agua, y ha anunciado que recuperará la «libertad de la ducha». «Yo lo llamo magia natural», me decía Escohotado, «nadie sale peor después de una ducha». El mundo, mientras tanto, permanece a la expectativa del ánimo con el que salga del agua.